No vivas para la muerte o la eternidad sino para alcanzar la plenitud de la vida en la brevedad del tiempo
Sal a la calle y pregunta a cualquier persona como es su vida cotidiana. Quizá opte por responderte enumerando diversas actividades que hace a lo largo del día, otro opten por ser más generales y te digan simplemente: ‘’No tengo tiempo para nada!!’’ otro no te responderán a tu pregunta sino que te dirán una y otra vez lo felices que son porque desde hace tres meses sale con una chica. Otro mil serán nostálgicos diciendo: ‘no hago mas que acordarme cuando era pequeño y jugábamos en la playa’’ y como se te ocurra preguntarle a un anciano prepárate al suspiro ‘’yo ya me tomo la vida sin prisas, ¡porque para el tiempo que me queda!...Y todo así. Nadie logrará hablar de si mismo, de su vida de lo que quiere o teme, de lo que le rodea, sin referirse inmediatamente al tiempo.

El tiempo. Es como el fax, el video, o la impresora y todos esos aparatos que tenemos en casa: Sabemos como utilizarlo y no podemos ya vivir sin ellos, pero si se nos pregunta por qué funcionan y en que consisten no nos queda otro remedio que encogernos de hombros, por que mil veces deseamos que el tiempo se pare o corra lo más rápido posible, que las horas corran a la velocidad de los segundos, o que los segundos se vuelvan horas, deseamos ser tan inhumanos hasta el punto de que nada nos afecte, de no sentir nada...
Deseamos estar en una burbuja flotando a 10000 pies del suelo, sin parar de subir, sin posibilidad de bajar, pensando que allí nada ni nadie nos puede hacer daño, pero no es asi, no puedes encerrarte en una burbuja y pensar que el tiempo no va a pasar o al revés que el tiempo pasara mas rápido pero siento decirte que el tiempo pasara a su debido tiempo…
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